martes, 24 de noviembre de 2009

Musicoterapia, depresión y estrés


El conocido neurólogo Oliver Sacks, nos dice acerca del poder de la música que: “somos tranquilizados por ella, también somos excitados, confortados, ensimismados y muchas veces embrujados por ella. Puede sacarnos de la depresión o puede hacernos llorar...”

La música tiene unos efectos que van más mucho más allá del mero placer estético. Se ha demostrado que la música puede ser de ayuda para concentrarnos mejor y aprender más efectivamente. También posee efectos terapéuticos siendo empleada entre otras cosas para combatir el dolor y mejorar los estados de ánimo.


Terapia musical y depresión

En un estudió que demostró la capacidad de la música como agente antidepresivo se dividió un grupo de personas seriamente deprimidas en tres grupos más pequeños. El primero recibió visitas semanales de un terapista musical que les tocaba música y les enseñaba técnicas de manejo de estrés. Al segundo grupo se le proporcionó música grabada para que la escucharan por su propia cuenta. Finalmente, al tercer grupo no se le suministró música. Se encontró que las personas en los primeros dos grupos (es decir los que escucharon música) mejoraron significativamente su estado de ánimo, lo que no ocurrió con el grupo que no estuvo expuesto a la música.
En enero de 2008, en el Cochrane Database of Systematic Reviews, se publicó un análisis de cinco estudios acerca del uso de la musicoterapia con pacientes de depresión. Éste fue llevado a cabo por un grupo de investigadores dirigidos por la terapista musical Británica Anna Maratos. En cuatro de estos estudios se encontró una reducción en los síntomas de depresión entre los pacientes sometidos a musicoterapia. En el quinto no se encontró ningúna diferencia entre los que recibieron tratamiento de musicoterapia y los que no los recibieron. Un dato importante es que en los cuatro estudios que arrojaron resultados favorables las intervenciones de musicoterapia se llevaron a cabo siguiendo unos planteamientos teóricos claros mientras que en el otro estudio no parecía haber un planteamiento claro de la razón por la cual los terapistas estaban llevando a cabo el tratamiento ni de la teoría detrás del mismo.
En otro análisis publicado en abril de 2009 se estudiaron los hallazgos de 23 estudios y se encontró que la evidencia señala que la musicoterapia puede ayudar a reducir la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y los niveles de ansiedad de pacientes cardiacos. También se encontró cierta mejora en el estado anímico estos pacientes aunque no se encontró una mejoría en los pacientes cardiacos que padecián de depresión causada por su condición cardiaca. Un dato que puede ser importante es que en la gran mayoría de estos estudios se utilizó música pregrabada. Sin embargo, muchos investigadores piensan que la música ofrecida por un terapista musical entrenado puede ofrecer beneficios superiores. En el caso de los pacientes cardiacos se piensa que los resultados benéficos de la música son resultados de su capacidad para reducir el estrés. Puesto que existe una estrecha relación entre estrés y depresión es razonable pensar que la musicoterapia pude ser de ayuda en la prevención y el tratamiento de la depresión.
Parece normal pensar que para combatir los estados depresivos conviene escuchar música alegre y animada. Sin embargo, aunque parezca raro esto no es cierto. La música más efectiva es por lo general aquella que refleja nuestro propio estado de ánimo. Cuando una pieza musical refleja un estado de ánimo contrario al nuestro no nos podremos identificar con ésta y no surtirá efecto. Por el contrario, la música triste y melancólica logrará más fácilmente establecer contacto con nosotros y extrañamente comenzará a surtir efectos terapéuticos. A medida que vaya mejorando nuestro estado anímico querremos y podremos escuchar música más alegre y estimulante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario